ALVARO DE ANGULO ARBOLEDA
Mariano Arquimedes &nb
sp;
Adriana Gutiérrez BordaJorge Alberto> &
nbsp;
Murió a tierna edadBeatriz
;
Hernando Albán HolguínAlvaro José &nbs
p;
María Victoria Sanz AlvarezPablo; &n
bsp;
Santiago
;
María Helena Rodríguez Ortizle="font-family: 'Souvenir Lt BT','serif'; font-size: 11pt">
Nace enPopayán el 23 de agosto de 1921, hijo de Arquimedes De Angulo y Elvira Arboleda. Estudios de primaria en el Colegio El Carmen, Popayán, regentado por los Hermanos Mar
istas y en el Colegio Villegas en Piendamó (Cauca) dirigido por don Honorio Villegas, familia de pedagogos, Colegio trasladado posteriormente a Cali. Estudios de secundaria e
n el Seminario Conciliar de Popayán, regentado por los sacerdotes Lazaristas, luego en el Colegio Francisco Javier, en Pasto, de la Comunidad de los Jesuitas, regresando a Popayán en 193
4, a causa de los prolongados y fuertes terremotos que vivió la ciudad, ocasionados por las erupciones del volcán de Galeras.
Se bachillera en la Universidad del Cauca (1937). Los estudios académicos en Bogotá, Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, obtiene el título de Médico Cirujano (1946); su tesis “Com
entarios a mi Internado” merece Mención Honorífica.
n>Ejerce su profesión como Médico de la Zona de Carreteras del Ministerio de Obras Públicas, e
n Ocaña (Norte de Santander), organiza el Hospital e inicia la Cirugía, que antes localmente no se había practicado (1946-1947). Luego es trasladado a Popay&aac
ute;n, en el mismo cargo (1947-1949). Vino el 9 de abril de 1948, cuando asesinan en Bogotá al líder popular Jorge Eliécer Gaitán, que provoca acciones delic
tivas por la instigación que se hace a través de las radiodifusoras, tomadas por los revolucionarios, sincronizadamente al momento del aleve tentado. Al conocerse en Popay
án la noticia se organizan concentraciones populares para iniciar los saqueos e incendios al comercio y oficinas públicas. Alvaro viaja por carretera a la vecina poblaci&o
acute;n de Timbío a movilizar reservistas para la defensa del gobierno democrático, legítimamente elegido y que pretenden derrocar. A su regreso, en el puente s
obre el río Ejido, en La Ladera, es atacado, incendiado su vehículo privado y al intento de asesinato, logra escapar por el cauce del río, favoreciéndose con la espesa vege
tación, logrando llegar a los cuarteles del Ejército, donde se uniforma como reservista y marcha a la defensa de la casa de sus padres, en el Humilladero, donde se encontraba su esposa A
na Lucía, casa que ya había sido dinamitada e incendiada parcialmente, destrozando el consultorio médico de su hermano Guillermo. Luego, Médico del Municipio
de Popayán (1949-1950) y Director del Hospital de San José (1950-1951) nombrado por el Alcalde de la ciudad, José Manuel Garrido V., Decreto 57 de 1949 (diciembre 7).
n> Socio de la Clínica Popayán, fundada por los médicos Guillermo De Angulo y Julio César Perafán. Se vincula a la política y es elegido como
Representante al Parlamento, por la Circunscripción Electoral del Cauca (1949-1951). Secretario General y Director Unico del Partido Conservador del Cauca.
>Luego Senador de la República. El desarrollo político nacional, hace que el 13 de junio de 1953, asuma la Presidencia de la República en nombre
de las Fuerzas Armadas, el General Gustavo Rojas Pinilla, cuando ejerce la primera magistratura el doctor Roberto Urdaneta Arbeláez, en su calidad de Designado, porque el Presidente titular, d
octor Laureano Gómez, el 5 de noviembre de 1951, se ha retirado en licencia, por su delicado estado de salud.<
font color="#000000"> La Asamblea General Constituyente ANAC, integrado por civiles y mili
tares escogidos en el Gobierno del doctor Gómez, reelige al General Rojas como primer mandatario, para un nuevo cuatrienio, a partir de 1958. Alvaro, preocupado por los caractere
s de Dictadura que toma el Gobierno, produce un documento “Opiniones sobre la Normalización Institucional en Colombia” que presenta al doctor Francisco José Chaux, Jefe Liber
al Nacional, precandidato a la Presidencia de la República, Ministro de Estado, Senador, Embajador, miembro de la Dirección Liberal Nacional y profesor universitario.
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Acordadas algunas pocas modificaciones, se publica en diciembre de 1955, en un folleto editado por Editorial Universidad del Cauca y distribuido a nivel nacional con una amplía acogida, inici&aacut
e;ndose un viraje en las relaciones políticas de los dos partidos tradicionales que culminan con la Reforma Constitucional aprobada por Plebiscito. El texto de esta hist&oacu
te;rica iniciativa se reproduce al finalizar estas anotaciones relacionadas con Alvaro.
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En julio de 1956, el doctor Alberto Lleras y el doctor Camilo VásquezCarrizosa, salen de Colombia hacia Lisboa. En Madrid, el doctor Gilberto Alzate Avendaño, titular de la Embajada de Colombia, visita en el Hotel Ritz al doctor Lleras, depart
iendo muy cordialmente y enterándose en forma general de los motivos y propósitos que lo llevan a Benidorm, donde reside el doctor Laureano Gómez y su familia, desde la fecha en q
ue fue obligado a salir de Colombia, con motivo del 13 de junio de 1953.
an>Durante varios días se entrevistan los ex presidentes Gómez y Lleras, analizando todos los aspecto
s de la situación colombiana, suscribiendo el 24 de julio de 1956 la Declaración de Benidorm, propósito de los partidos para restablecer en Colombia las normas democr&aac
ute;ticas y constitucionales. Los partidos firmaron El pacto del 20 de marzo, vinculando a todos los jefes de ambas colectividades, dadas las divisiones internas por las que at
raviesan. En el país ha crecido la oposición al Gobierno del General Rojas. Guillermo León Valencia, lo recorre como símbolo del Movimient
o Frente Nacional y los partidos se comprometen a organizar la resistencia al Gobierno, con unas emotivas y firmes jornadas cívicas. El Frente Nacional es una creaci
ón original de derecho público. Su estrategia inmediata está dirigida a derribar la dictadura rojista pero su objetivos de largo alcance son obtener la paz y re
construir la democracia. Se declara un Paro Nacional de la Banca, la Industria y el Comercio, que culmina con las jornadas del 10 de mayo. El General Rojas se retira y pa
ra sucederlo, nombra por Decreto a una Junta Militar, integrada por cinco oficiales: General Gabriel París (Ibagué, 1910) quien la presidió, General Rafael Navas Pardo (Madrid, Cu
ndinamarca, 1909), General Luis E. Ordóñez (Bogotá 1914), General Deogracias Fonseca (Ibagué, 1908) y Contraalmirante Rubén Piedrahíta Arango (Yarumal, 1911).
color="#000000">Nuevamente se entrevistan en España el doctor Gómez y el doctor Lleras Camargo y firman el Pacto de Sitges, el 20 de julio de 1957, presentando el proyecto de co
nsulta plebiscitaria.
La Junta Militar de Gobierno de la República de Colombia, dicta el Decreto Legislativo No. 0247 de 1957 (octubre 4), convocando a un Plebiscito para el primero de diciembre de ese año, presentando una Reforma Constitucional. Lleva la firma de los cinco miembros de la Junta y la de todos los ministros:
>
Gobierno: José María Villareal. Justicia: Mayor General Alfredo Duarte Blum. Hacienda: Antonio Alvarez Restrepo. Guerra: Brigadier G
eneral Alfonso Saiz M. Agricultura: Jorge Mejía Salazar. Trabajo: Raimundo Emiliani Román. Salud Pública: Juan Pablo Llin&
aacute;s. Fomento: Joaquín Vallejo Arbeláez. Minas y Petróleo: Julio César Turbay Ayala. Educación: Pr&oacut
e;spero Carbonell. Comunicaciones: Mayor General Pedro A. Muñoz. Obras Públicas: Tulio Ospina Pérez. El Plebiscito
rong> viene a ser una reforma de la Constitución. Antes de efectuarse, los dos partidos firman el Pacto de San Carlos el 22 de noviembre de 1957, fijando el orden de
las elecciones de 1958 para Cuerpos Colegiales y Presidente. Primero serían aquéllas y después éstas.
El primero de diciembre se realizael plebiscito con 4.169.294 votos afirmativos y 206.864 votos negativos. El Frente Nacional recibe un apoyo popular sin precedentes. Era una tregua polític
a en la lucha por el poder entre liberales y conservadores, al acogerse un gobierno de responsabilidad conjunta.
color="#000000">
Es imperativo, que el pueblo, el famoso constituyente primario, legitimeel Gobierno de la Junta Militar y defina si rigen o no las reformas constitucionales de la ANAC. Se opta por retrotraer las Instituciones al último Congreso elegido democr&a
acute;ticamente y declara vigente la Constitución de 1886 con las reformas promulgadas hasta 1948. No todo lo del gobierno presidido por Rojas Pinilla fue malo. <
/span>Aunque no hubiera elecciones bajo su régimen, el voto femenino es un avance indudable y se refrenda por el Plebiscito. Hay que volver a elegir Congreso y Presidente y s
eñalar el término del Gobierno Militar. Se aprovecha entonces para poner en marcha los Acuerdos de Benidorm y Sitges: la alternación y la paridad por diecis&eac
ute;is años y algo se hace en mejorar el presupuesto de educación. Pero se advierte la peligrosidad de este sistema plebiscitario, arma predilecta de las dictaduras y
gobiernos hegemónicos, y se deja claro que es un procedimiento excepcional, único, mediante el artículo 13, que ordena seguir siempre para las posteriores reformas, el cauce norma
l de nuestra carta: El Parlamento. Se vincula a la docencia, Universidad del Cauca, Facultad de Medicina, en los cargos de: Decano, Subdecano, Profesor de Anatom&iacu
te;a y Clínica Médica Neurológica (1951-1957).
yle="font-family: 'Souvenir Lt BT','serif'; font-size: 11pt">En 1957, el Gobernador Coronel Víctor Gómez Gómez, por Decreto 278 de mayo 28, lo nombra Secreta
rio de Hacienda del Departamento del Cauca.
Regresa a la política y es elegido Senador principal con la Suplencia del doctor Julio Manuel Ayerbe, por la Circunscripción Electoral del Cauca, para el período 1958-1962. Es nombrado Presidente de la Comisión Conservadora Interparlamentaria y actúa en el juicio seguido al General Roja
s Pinilla. Al regresar el General Rojas a territorio colombiano después del forzado exilio como motivo de su derrocamiento, el Parlamento le adelanta un juicio, que termina despo
jándolo de todos sus derechos políticos. Durante el juicio, el Senador De Angulo se retira de la Corporación, dejando la siguiente constancia:
n> At
entamente manifiesto a usted - dice al señor Presidente del Senado - que me abstengo de continuar asistiendo al juicio que se adelanta contra el ex presidente de la República, General Gu
stavo Rojas Pinilla, por las siguientes razones: 1. Porque siendo enemigo político del acusado, como lo son la mayoría de los senadores, no puedo cumpli
r el primer requisito del juez: la imparcialidad. 2. Porque en las campañas políticas del Frente Nacional como simple ciudadano y en el Senado de la República, como
juez, al igual que la mayoría de los senadores, he prejuzgado al atacar y condenar al acusado antes del fallo.
>
3. Porque el Congreso no ha querido inves
tigar los hechos que la opinión considera como graves delitos y que determinaron la caída del Gobierno del General Rojas Pinilla, garantizando así la impunidad a ex funcionarios p
úblicos justiciables por el Senado para quienes el presidente Lleras Camargo tiene especiales motivos de gratitud.
4. Porque en los expedientes se encuentran indicios gravescontra altos funcionarios, cuyo juicio corresponde al Senado, protegidos del actual Gobierno y defendidos por los jueces del Senado, lo que coloca al Congreso de Colombia en calidad de encubridor.
nt>
r="#000000">5. Porque en la forma como se ha adelantado el juicio, con jueces que insultan al acusado, con jueces que seleccionan barras vociferantes contra el acusado, con jueces que llenan el recint
o de la audiencia de esbirros armados, con jueces que trataron de limitar los inviolables derechos de la defensa, con jueces que han prejuzgado contra el acusado, no se está administrando justi
cia sino ejercitando una indigna persecución política para satisfacer odios y lograr venganzas personales. En consecuencia, señor presidente de la audiencia, de
sde este momento me retiro del Senado, hasta la terminación del juicio.
an>Del señor Presidente atentamente, Alvaro De Angulo, Senador de la República.<
/font>
olor="#000000">El tiempo le da la razón, cuando Rojas Pinilla recupera sus derechos políticos por sentencia del Tribunal Superior de Bogotá el 20 de diciembre de 1966, confirmada
por la Corte Suprema de Justicia el 18 de octubre de 1967.
En el Gobierno del Presidente Alberto Lleras Camargo (1958-1962) es nombrado Ministro de Salud (1960-1962).>Y dos de sus compañeros de Gabinete, posteriormente son elegidos como Presidente de la República: doctor Misael Pastrana Borrero y Virgilio Barco Vargas. En 1961 es e
ncargado del Ministerio de Obras Públicas, cuando el titular, cumple una misión en el exterior. Establece las drogas genéricas y en el Cauca, su Departamento, a
delanta un amplio programa hospitalario.
Es elegido nuevamente Representante por el Cauca (1964-1966) con la Suplencia de Reinaldo Delgado López. Presidente de laAsociación Fabricantes Industria Drogas AFIDRO (1964-1965).
le="font-family: 'Souvenir Lt BT','serif'; font-size: 11pt">Embajador ante la República Socialista de Yugoslavia (1983-1988) nombrado por el presidente Belisario Betancur
y ratificado por su sucesor el presidente Virgilio Barco Vargas.
="font-family: 'Souvenir Lt BT','serif'; font-size: 11pt">En Popayán, en enero de 1957, se realiza el Primer Congreso Eucarístico Arquidiocesano, siendo Arzobispo M
onseñor Diego María Gómez, presidiéndolo el señor nuncio apostólico Paolo Bertoli. Al doctor De Angulo le corresponde en la segunda sesi&oa
cute;n solemne, en el campo eucarístico, disertar sobre “La Eucaristía en nuestra Historia Patria”.
Consagrado Caballero de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén con sus hermanos, Carlos, Mario, José Arquimedes y su cuñado Jaime Arboleda G.
Prolonga la tradición de los suyos como carguero de las procesi nt color="#000000">
ones en los pasos “El Señor del Perdón”, “Amo Ecce Homo”, “La Crucifixión” y “El Santo Sepulcro”. Miembro Honorario
de la Academia Nacional de Medicina de Colombia. El 10 de noviembre de 1975, al cumplir la Facultad de Medicina de Popayán sus Bodas de Plata (1950-1975), es condecorado como &ld
quo;Profesor Fundador” en solemne, ceremonia celebrada en el Paraninfo de la Universidad del Cauca, condecoración que recibe su madre Elvira. El Periodismo
lo practica durante sus años de política activa, como Director de los Seminarios “El Pueblo Conservador” y “Hoy”.
Se distingue por su espíritu de lucha en las actividades del campo. En el Cauca poseyó las haciendas: “Esperanza”, “Las Piedras”, “El G
uavito” y “Esmeraldas”. Las vende y se traslada a Bogotá organizando una empresa agrícola, cultivando 700 hectáreas de papa y cebada.&nb
sp; Luego establece varias haciendas ganaderas en La Dorada. Coloniza en el Territorio Vásquez, Puerto Boyacá, una extensa zona “Palagüa”, con
1.800 hectáreas. Adquiere tierras en el Bajo Magdalena, “Rincón Grande” al lado de Chimichagüa, “Camagüey” frente a la Gloria y &ldqu
o;Mindalai”, construyendo 52 km. de jarillones para evitar las inundaciones del río. Finalmente se establece en Bucaramanga y se dedica al cultivo del cacao, sembrando
140 hectáreas y montando la hacienda “Las Margaritas”, declarada Hacienda Piloto por la técnica allí utilizada, fruto de sus estudios y esfuerzos.
tyle="font-family: 'Souvenir Lt BT','serif'; font-size: 11pt">
Encontrándose sólo en Yugoslavia, se le presenta una dolorosa e inesperada enfermedad y es hospitalizado, asistido permanentemente por sus amigos el señor Embajador de Venezuela y el s
eñor Nuncio de la Santa Sede en Yugoslavia, Excmo. señor Gabriel Montalvo, quien diariamente le llevaba la Sagrada Eucaristía, con la discreción necesaria por estar en un p
aís socialista. Su hija Beatriz, residente en los Estados Unidos, envía desde Houston un médico “ambulancia aérea” para acompañarlo en
su regreso a Colombia, donde muere después de 12 días de atención médica en la Fundación Santa Fe, Bogotá. El 13 de julio de 1988, en la n
oche, al despedirnos sus hermanos, nos regaló una sonrisa vencida. Más tarde, entregó su alma al Señor, dejando para los suyos lecciones de una profunda
fe cristiana y ejemplar resignación. El féretro permanece en el Salón Elíptico del Parlamento de Colombia y el 15 se le rinde un póstumo homenaje con
la presencia de los ex presidentes de la República doctores Misael Pastrana Borrero y Belisario Betancur Cuartas. Allí hablaron Andrés Angulo Rojas y Carlos Zam
brano Ulloa. Los oficios y la Santa Misa se realizaron en la Catedral Metropolitana, celebrados por el señor nuncio de la Santa Sede en Yugoslavia, Excmo., señor Gabri
el Montalvo, - quien vino a acompañarlo en la etapa final de su vida - y concelebrados por el padre Hernán Umaña S.J., y Monseñor Gustavo Vivas. El se&nt
ilde;or Nuncio quien fue “su gran amigo” como lo expresaba Alvaro, dijo: “Conocí de cerca a Alvaro. Anhelaba vivir con Dios y se preparaba para presentarse
ante El. Nos deja su vida como ejemplo. Siguiendo a Alvaro seguiremos al mismo Cristo, al mismo Señor”. El 18 de julio de
1945 casa en Bogotá con Ana Lucía Muñoz Cajiao.
color="#000000">Los De Angulo Muñoz: 1)
Mariano Arquimedes, 2) Jorge Alberto, 3) Beatriz, 4) Alvaro José, 5) Pablo y 6) Santiago.
Muere Ana Lucía, por una afección valvular mitral, el 17 de febrero de 1974, y luego casa con María Margarita Riaño, el 28 de julio de 1976, en Bogotá. <<<<<<<<<<
EN EL SALON ELIPTICO DEL CONGRESO NACIONAL
h6> Palabras pronunciadas por Andr&
eacute;s Angulo Rojas en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional el 15 de julio de 1988. Con el alma triste y conturbada por la penosa despedida de n
uestro querido e inolvidable “Mono Angulo”, no he podido resistir la tentación de escribir esta líneas, que salen de lo más profundo de mi ser.
e="font-family: 'Souvenir Lt BT','serif'; font-size: 11pt">
Como humanos que somos, todos alguna vez pecamos, debido a nuestra frágil naturaleza. Cuando alguien se nos va de nuestra familia, solamente nos llegan a la memoria los ratos agradab
les que pasamos con él. Porque a la hora de asomar la muerte, aparece un indescifrable elixir que tiene la particularidad de ser selectivo: nos hace olvidar las cosas desagra
dables y al mismo tiempo revive y resalta vibrantemente los momentos de convivencia y de amor que han atado perennemente nuestros lazos de unión familiar y que nos traen satisfacción al
espíritu. Me atropellan la memoria recuerdos de la infancia y de la juventud. Personalmente cuando escogí de padrino de confirmación al “T&
iacute;o Mono” porque su personalidad me atraía irresistiblemente; cuando gozábamos los primos al oírle sus relatos de los enfrentamientos de boxeo con la “Maravilla N
egra” y de sus carambolas de tres bandas en los campeonatos de billar en el Club Popayán. Nos sentíamos orgullosos de él cuando fue nombrado Ministro, o cuand
o leíamos en las papeletas de elecciones su nombre encabezando las listas de Senado o Cámara, o cuando nos contaba sus anécdotas con el Mariscal Alzate, o cuando nos mostraba las
fotos suyas en la campaña presidencial de Alberto Lleras al lado de Misael Pastrana en la convivencia del Frente Nacional. Lo admirábamos cuando cargaba las cuatro noc
hes de las procesiones de Semana Santa sin cansarse ni estropearse por tenía “músculos de acero”, o cuando en los veraneos de Hatofrío o Esperanza montaba el caballo m
ás brioso o enlazaba el novillo más bravo. En fin, era un verdadero héroe para todos sus primos, como cariñosamente nos llamaba a sus sobrinos.
pan> Ahora, que hemos madurado y contemplado con dolor nuestra patria que se desangra y sufre las consecuencias de un grave desequilibrio social, valoramos en todas sus dimensiones a ese hombre espec
ial que fue Alvaro De Angulo. Siempre oíamos en sus amenas charlas las ideas de implantar en Colombia el régimen de la justicia social basándose en la caridad crist
iana, tesis que en nuestros días parecen olvidadas por nuestros gobernantes y por un sinnúmero de nuestros conciudadanos. Cuánto necesita ahora Colombia de hombres
de la talla de Alvaro. Inteligente, recto en sus principios, firme en su convicciones, pero al mismo tiempo conciliador con las ideas de los demás. Ahora que e
l Señor le ha abierto sus puertas en el paraíso, revuela mi imaginación y lo veo feliz diciendo por doquier sus originales gracejos salpicados de esa chispa genial que lo caracter
izaba, cuando le salgan al encuentro, como en aquellos días de agosto en Hatoviejo, en Novirao, en El Troje o Buenavista, mis abuelos Arquimedes y Elvira; Ana Lucí;a y Jorgito: mi pap&aac
ute; y Adolfo; Ximena y María Consuelo; Alicia con María y Alicita; Gladys con Guillermo Alberto y Jaime; el mono Gustavo Adolfo con Germán, con Guillermo y con Juan Pablo.&
nbsp; Todos ellos recibiéndolo para darle la bienvenida al lugar que le tenía preparado Jesucristo. Con razón decía ayer su nieto Jorge a Mariano, cua
ndo encontraba tanta solidaridad en la familia; ¡Papá qué bueno es ser Angulo! Hoy cuando recuerdo las palabras que pronunció al regresar de Yugoslavia hace e
scasos 15 días, añorando a su patria, amando más fuertemente a su familia y sintiéndose a cada momento más cerca de Dios, me llega a la memoria aquel hermoso soneto
de Pombo: No ya mi corazón desasosiega &nbs
p; Los gajos del pomar ya no dobleganlas mágicas visiones de otros días &n
bsp; para mí sus purpúreas ambrosías;Oh Patria! Oh Casa! Oh sacras musas mías. &nb
sp; y del rumor de ajenas alegrías
"#000000">Silencio! Unas no son, otras me niegan. sólo ecos melanc&oacu
te;licos me llegan.
Dios lo hizo así: las quejas, el reproche Es la vejez, viajera de la nocheson ceguedad. Feli
z el que consulta &nb
sp; y al paso que la tierra se la ocultaoráculos más
altos que su duelo. ; ábrese ami
go a su mirada al cielo! <<<<<<<<<< &nbs
p;Palabras pronunciadas por Carlos Zambrano Ulloa en el Salón Elíptico del Congreso Nacional,
en las exequias del señor Embajador Alvaro De Angulo.Bogotá, 15 de ju
lio de 1988 Señor ex presidente: Misael Pastrana Borrero, señor canciller de la República: Julio Londoño Paredes, señor Nuncio de su Santidad, ante el
Gobierno de Yugoslavia, Monseñor Montalvo, señores Senadores y Representantes, señores ex ministros de Estado, Señoras, señores:
tyle="font-family: 'Souvenir Lt BT','serif'; font-size: 11pt">
Han pasado milenios y el hombre no ha aprendido a ver morir. Nunca estaremos suficientemente preparados para recibir aquella “Diosa del Señor”, como lo acertó a
definir hermosamente algún poeta. La noticia de la muerte de Alvaro De Angulo, la recibió mi espíritu como una descarga de fusilería y como la sangre, &ldqu
o;que acude a la herida sin necesidad de llamarla”, fueron brotando recuerdos brumosos y lejanos. Sin pretender amontonar sobre su catafalco “las flores de trapo de la ret&o
acute;rica vana”, como desdeñosamente calificaba Alzate, la costumbre de beatificar a los muertos, quiero rescatar lealmente el perfil inconfundible del hombre, sin acicalarlo, ni adornar
lo generosamente. Todavía lo veo desdibujado en el umbral de mi casa paterna. En la penumbra de esa noche aciaga, se recorta la figura de un soldado que golpea
afanosamente la puerta. Venía en busca de un teléfono para informar a su familia que partía, a pie y a esas horas, a Timbío. Se propon&ia
cute;a reclutar gentes amigas que, como él, acudieran a las filas para recuperar el orden y salvar a la República: era la noche tenebrosa del 9 de abril y ese soldado joven y apuesto era
el médico Alvaro De Angulo, quien voluntariamente se había presentado a la desprotegida guarnición de Popayán a cumplir anónima y valerosamente una cita con su patr
ia.
nt color="#000000">Quizás él nunca supo el inmenso valor pedagógico que esa hermosa lección dejaba en el alma del niño que le abrió la puerta.
pan>
Pasan los años y es Alvaro De Angulo quien le abre las puertas de la política, ya no a ese niño, sino al impaciente estudiante universitario que inicia su lucha por darle curso a
su destino. Cambia el escenario. Ahora es la bellísima casa solariega de la familia Angulo. Con su patio claustreado por la severa e imponen
te arquería de nuestra mejor arquitectura colonial; con sus anchos y acogedores corredores bordeados de arcones y geranios, hasta donde ascendía el suave aroma de las azaleas.
; Con su aire señorial y con su ambiente de aristocrática nobleza. En ese marco castizo nació, y se formó y creció una larga familia que es
hoy orgullo de Popayán y de Colombia. Allí se acendraron y cultivaron las mejores virtudes y las más sanas costumbres. Y de allí fuer
on saliendo a fundar nuevos hogares mujeres de esplendente belleza espiritual y física y un puñado corajudo de hombres, profundamente inteligentes, idealistas y buenos.
n> Fo
rmidable este viejo solar de los Angulo que le dio y le continúa dando al país una profusión inagotable y privilegiada de seres humanos de la más alta selección.
nt>
r="#000000">A esa regia mansión llegábamos los estudiantes de entonces y era para nosotros Universidad y Cuartel, Campamento y Directorio.
En un charco de sangre, agonizaba la Colombia sectaria de entonces: la del enfrentamiento fraticida de los dos partidos; la tambaleante nación agobiada por una inacabable carnicería de colombianos que decidieron matars
e por el color de una bandera. Alvaro De Angulo tiene el valor y la lucidez mental de enarbolar una bandera blanca y busca entonces a Francisco José Chaux, aquel inolvidable
patricio y estadista liberal para proponerle un acuerdo. Acuerdo que llevó después las firmas de ese par de aguerridos luchadores y que fue el verdadero origen del Fre
nte Nacional que le devolvió la paz a Colombia. Vino después el Congreso, y aquí en este sagrado recinto de la democracia dejó lecciones de inteligencia y de
carácter como cuando se quedó solo, sin haber sido rojista, en aquella votación que condenó a Rojas Pinilla. El no podía cohonestar prácti
cas y sistemas apasionados e incorrectos que descargaron con sevicia sobre el infortunado General. Ese era Angulo: recto, pantalonudo y con una inquebrantable lealtad a sus principi
os. Jamás explotó su prestigio, ni traficó con su conciencia. Honró la actividad política con su honradez, con su prodigiosa in
teligencia, con su desprendimiento. Su temperamento le hizo huir de los primeros planos, de toda vitrina y figuración momentánea. Fue un triunfador a su
manera, pero Colombia y el Conservatismo desaprovecharon su inmenso potencial.
pan>Su obstinado perfeccionismo le hacía siempre ser superior a los demás. A
lguna vez se propuso jugar billar y no había en Popayán quién jugara con él. Cuando le dio por ser boxeador, dejó en el rostro de sus contrincante
s el adolorido recuerdo de su formidable fuerza física. Otra vez incursionó en las abstrusas disciplinas de la teología y creo que todavía hay algunos cu
ritas de “misa y olla” que están tratando de entender su maciza intervención doctrinaria.
Su paso por la cátedra universitaria se convirtió en un ont color="#000000">
a leyenda: treinta años después, se cuentan todavía las proezas increíbles de su privilegiada memoria. Su dignidad y su decoro lo mantuvieron a prudente dist
ancia de los centros de poder, asediados casi siempre por audaces mediocridades zalameras y obsecuentes. Firme, convencido, leal, no se dejó tentar nunca por debilidades popu
listas, ni extravíos doctrinarios. Se nos va tempranamente Alvaro De Angulo en estas amargas horas de Colombia. Con inmenso dolor inclino ante su tumba las viejas
banderas azules de partido que él nos enseñó a llevar con honor, con valor y con orgullo y con el corazón entristecido y enlutado, levanto mi mano para decirle adiós
al maestro, al jefe y al amigo. <<<<<<<<<< &
nbsp;Publicado en El Tiempo.Por Jaime Arboleda Grueso.
ALVARO DE ANGULO ARBOLEDA
n> A la edad de 66 años, cuando todavía podía serle útil a la patria, ha fallecido en Bogotá el “Mono Angulo”, un hombre integral.
an>En él había un formidable desarrollo del complejo sistema intelectual, guardando armoniosa relación con una elegante y fuerte estructura de su físico.
>Durante los últimos años, se desempeñaba como Embajador de Colombia ante el gobierno de Yugoslavia. En este lapso, con el gran poder de asimilación que
poseía, logró aclimatar en su mente todo lo bueno de las viejas tradiciones y culturas tan diferentes a las nuestras. Estando en este cargo, lo sorprendió una i
nvencible enfermedad que en pocos meses, por no decir días, dominó su fuerte organismo.
En la época de la organización de la Facultad de Medicina de la Universidad del Cauca, en 1950 y años posteriores, Alvaro De Angulo fue factor importante: regentó la cátedra de anatomía que entonces se estudiaba en forma extensa durante dos
años, porque se la consideraba fundamental para llegar a ser un buen médico. Actuó como decano de la facultad en dos períodos diferentes.
pan>Por estas labores, la Universidad del Cauca lo condecoró en forma muy merecida, al cumplir sus bodas de plata. Durante la administración del presidente Alberto Lle
ras Camargo, desempeñó con reconocida brillantez el honroso cargo de Ministro de Salud.
Fue también hombre de campo, invencible en el trabajo, como lo fue su gran progenitor. Sin embargo, en esta labor que por muchos no es bien comprendida, y que constituye otra manera importante de construir la Patria, no logró beneficios económ
icos. Organizó haciendas ganaderas en el Cauca y luego en el Bajo Magdalena. Finalmente sembró cacao en Santander y este cultivo fue declarado como
modelo piloto dada la técnica con que lo hizo. Pero sin duda, fue en el escenario político donde mejor se realizó. Fue una lástima para el
país, el no haber sido éste el campo exclusivo de su acción. Ejerció puestos directivos con gran responsabilidad. Además asist
ió al Congreso, honor reservado por la democracia a los mejores ciudadanos. Allí reposan sus brillantes actuaciones siempre inspiradas en sus nobles sentimientos de pa
triota. Su gran visión política lo llevó a concebir una alianza entre liberales y conservadores cuando esto parecía imposible. Como buen h
ijo de Popayán, el “Mono Angulo” prolongó las tradiciones siendo carguero durante las procesiones famosas de la Semana Santa. Esta devoción no la in
terrumpió ni cuando fue Ministro. También perteneció a la Gran Orden Ecuestre de Caballeros del Santo Sepulcro de Jerusalén, en la sección de Popa
yán. Su muerte constituye una inmensa pena para la familia. Si vivir es prepararse para bien morir, la semana anterior cuando estuve con Alvaro intercambi&eacu
te; con él breves frases y pude comprobar que había realizado esta misión: ya estaba muy preparado. Lo admiré consumirse tranquilo y s
obre todo consciente. Así continuó hasta el día señalado de su anhelado encuentro con el Señor. <<<<<<<<<
;<
OPINIONE
Heeft u aanvullingen, correcties of vragen met betrekking tot 6 Alvaro De Angulo Arboleda VI-2-6?S SOBRE LA NORMALIZACIÓN INSTITUCIONAL EN COLOMBIA
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Tijdbalk 6 Alvaro De Angulo Arboleda VI-2-6
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Alvaro De Angulo Arboleda |
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Árbol genealógico de MyHeritage
Sitio familiar: Sitio Familiar De Angulo Arboleda
Árbol genealógico: 127863331-16