En 1527, Sebastián Caboto, descubridor y primer explorador del río Paraná , penetró en él por el brazo de Las Palmas y hace contacto con los indios de la región.
Muchos años después, en 1580, Juan de Garay reparte las tierras de estos lugares a conquistadores y residentes en recompensa por los servicios prestados a la Corona Española. Los beneficiados no hicieron efectiva la posesión y perdieron sus derechos.
En 1626, el Gobernador Capitán Gral. Francisco Céspedes entrega a familiares de Hernán Suárez Maldonado una extensión de tierras que abarcaba desde las costas del Río Paraná de Las Palmas, cauce abajo del Río Areco hasta la boca del Baradero. En 1643, el Gobernador y Capitán General y Justicia Mayor de las Provincias del Río de la Plata, Gerónimo Luis de Cabrera, por el Rey Felipe IV, accede a la solicitud presentada y manda amparar a María de los Cobos, Viuda del Capitán Nicolás de Ocampo Saavedra, revalidando una donación del Gobernador Hernando Arias de Saavedra a su esposo, treinta años antes, en atención a sus servicios.
Queda visto que un puñado de personas perteneciente a la clase distinguida de la Ciudad de Buenos Aires y emparentados entre sí, eran a fines del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII, los únicos dueños de este territorio que hoy forma el pueblo de Lima y sus aledaños.
Los herederos de los primeros terratenientes de la zona, quizá por falta de adaptación al ambiente rural, fueron vendiendo sus estancias a los Jesuitas, que se dedicaron a la explotación agropecuaria y ganadera. En gran parte a ellos se les debe que los colonos rioplatenses pudieran cultivar los campos y tener rebaños de ganado.
Los jesuitas fueron expulsados de los dominios de España en 1767 por Decreto de Carlos III. Es por eso que en 1785, las tierras, entre ellas, en la que hoy se encuentra la localidad de Lima, fueron vendidas en subasta pública y entonces la Estancia de Areco fue adquirida por Don José Antonio de Otálora, distinguido caballero de la Colonia.
Otálora pasó la última etapa de su vida abocado a la organización y explotación de su enorme posesión rural, cuyo casco lo constituía la Estancia Las Palmas, núcleo básico del proceso colonizador y civilizador de esta parte de la Provincia de Buenos Aires. En 1821 se fracciona la Estancia Las Palmas y le toca esta parte a Jacinta Otálora (hija de José), quien la vende en el mismo año a Toribio Lima casado con Sebastiana Cabrera. Ésta última le compra a Dominga Saavedra (hija de Cornelio Saavedra) la porción que había heredado de su madre.
En 1867, José Atucha compró los terrenos a Agustín Saavedra (hermano de Dominga). Luego, Justa Lima, hija de Toribio Lima y segunda esposa de Atucha, le compró a Juan Castex otra fracción de terreno que con anterioridad había pertenecido a Francisco Saavedra, otro hijo de Cornelio.
En 1880, José Atucha hizo construir una hermosa casona de campo de estilo italiano, cercana al río Paraná y plantada al tope de un barranco, llamada "La Centaura" y ofrecida como regalo de casamiento a su esposa, Justa Lima. Actualmente en la zona es más conocida como "San José" que por "La Centaura".
De este modo Justa Lima de Atucha, cuyo nombre está relacionado con el progreso del Partido de Zárate y con el desarrollo económico del vasto sector rural de Lima, a fines del siglo pasado era dueña de numerosas estancias, cuyos nombres se conocen como "El Rincón", "El Paraíso", "La Justa", "El Orden", "San José;" y "San Sebastián", heredadas de su padre Toribio Lima, de su madre Sebastiana Cabrera de Lima y también de su esposo José Atucha.
https://www.juninhistoria.com/2012/03/de-como-junin-sarmiento-y-las-centrales.html
Agustín José Pío de Saavedra Otárola , 1867 José Atucha compró los terrenos a Agustín Saavedra (hermano de Dominga), |
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